Revista digital de fotografía y viajes
La diarrea fotográfica
La diarrea fotográfica
El rincón de Harry Fisch 12 Abril 2013 23012 hits
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- Categoría: El rincón de Harry Fisch
- Publicado el 12 Abril 2013
- Escrito por Redacción
La Diarrea fotográfica (Diarrhoea Φωτογραφική) es una afección que ataca a la mayoría de los viajeros y fotógrafos digitales. Sintomatología consistente en un súbito, incontrolable y reiterado impulso que obliga a disparar la cámara compulsivamente apuntando a todo lo que resulta exótico: un coche de caballos, la figura de Don Quijote ecuestre, un monje hindú en un templo.
Todo muy rápido: no fuéramos a perder la ocasión única de coger el coche de caballos movido, el ecuestre Don Quijote oscurecido y el monje hindú con los ojos cerrados, sin mirar a la cámara...
En algunos destinos el virus ha derivado en una nueva cepa, resistente a toda medicación y que viene a distinguirse de la principal por el hecho de que, además de lo anterior, el fotógrafo se empeña en añadir horrendos autorretratos, donde él mismo aparece siempre sonriente fotografiado por otro turista y/o nacional que pasaba por allí.
El Tratamiento consiste en la administración por vía ocular de una serie de fórmulas magistrales de demostrada eficacia tras lo cual el absceso suele remitir para –con suerte y trabajo- transformar al enfermo en un fotógrafo de viajes.
Dos cucharadas pequeñas de contexto.- Salvo en los primeros planos, es importante contextualizar al personaje, presentarlo dentro de su entorno: donde está, qué hace, qué pasa a su alrededor. La buena fotografía de viaje cuenta historias, implica al lector, le obliga a escudriñar el ambiente. La mala es solo un cúmulo de fotos de personas, tópicos y lugares. Un yo estaba-allí vacío de contenido real destinado a rellenar papel o provocar ¡Ohos! de amigos y familiares.
Una pizca pausada de mirada.- Hacemos fotos excitados por lo que sucede, sin analizar lo que está ocurriendo. Cegados como el cazador ante la presa, sin tomarnos el tiempo para ver lo que hay detrás del personaje. El fondo quemado, demasiado luminoso es típico de la fotografía “improvisada” . El confuso fondo inundado de inútil y colorida información otro conocido error. Lo más seguro fotográficamente, a la hora de hacer un retrato, es buscar una posición en la que el sujeto reciba la iluminación y el fondo sea más oscuro, aún mejor, casi negro.
Un poquito de primer plano.- Son muy agradecidos visualmente, pero en un reportaje no suele haber cabida para más de uno. No suelo interesarme demasiado por los primeros planos pero reconozco que es muy socorrido.
Potpurrí temático.- los personajes forman parte de la historia. Si ya es difícil crearla con un solo sujeto resulta mucho más informativo e interesante añadir más gente. Pero lo que ocurre es que introducir más personas plantea... grandes problemas compositivos y estéticos. El control de la situación se torna más difícil. Controlar la pose de una persona tiene su aquél pero hacerlo con cuatro requiere paciencia oportunidad ojo y suerte. Sin duda aporta mucha mayor riqueza y complejidad a la fotografía.
Algo de aroma de tópicos- Los clichés y los tópicos son inevitables pero en los viajes hay que administrarlos en pequeñas dosis. Es la historia del fotógrafo americano que vuelve con las fotos de la feria de Sevilla o de los tunos en Madrid. Cuando estamos en una región en la que la vestimenta supone un impacto cultural importante es bueno resistir la atracción del tópico que lleva a hacer creer que todas las indias visten con saris o que los nepalís llevan siempre gorro tibetano. Hasta puede que nos encontremos en alguna fotografía con indígenas locales disfrazados para la ocasión y mantengamos que se visten siempre así.: como los tunos.
En resumen, para evitar la Diarrea Fotográfica no hay nada mejor que tomarse el tiempo necesario para realizar, calmadamente, la fotografía del instante: la instantánea..
Si quieres saber más de Harry Fisch y de sus viajes fotográficos www.nomadexpediciones.com