Retrato rural de Cuba, en la mirada de Raúl Cañibano
Retrato rural de Cuba, en la mirada de Raúl Cañibano
Libros 02 Octubre 2012 6190 hits
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- Categoría: Libros
- Publicado el 02 Octubre 2012
- Escrito por Redacción
La Biblioteca de Fotógrafos Latinoamericanos de PHotoBolsillo, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, publica un nuevo volumen que reúne la obra del fotógrafo cubano Raúl Cañibano. El libro recoge 63 fotografías en blanco y negro realizadas entre 1992 y 2012, que ofrecen la mirada más personal del fotógrafo cubano sobre su isla.
«Su cámara no persigue líderes ni figuras emblemáticas, sino a la gente anónima que transita las calles, y a los hombres y niños de las tierras guajiras, a quienes retrata con la descarnada complicidad de lo real. Asumiendo el errar en la urbe y el viaje al campo como método, construye una fenomenología de la cotidianidad sin metáforas, con un ojo capaz de captar lo extraordinario en el instante común y de crear, al mismo tiempo, una experiencia de cercanía en el espectador», explican en el prólogo la crítica de arte Adriana Herrera Téllez y el fotógrafo e historiador de arte Willy Castellanos Simons.
La fotografía antropocéntrica de Cañibano capta a niños, adolescentes, ancianos o travestis de La Habana y de las zonas de rurales en las que se crió. De la capital cubana, a Cañibano le interesa su arquitectura, en tanto que dialoga con el ser humano, y los imprevisibles escenarios de la calle, los interiores en penumbra o el omnipresente malecón. Su lente voyeur recorre «la ciudad con más ventanas abiertas» alimentándose de la pose y el juego teatral tan propio de los cubanos. Por el contrario, de la tierra guajira donde pasó parte de su infancia toma la poética de la ritualidad diaria del guajiro y la estrecha relación que establece con el entorno y la naturaleza. En el campo, el fotógrafo mira la realidad con los ojos del niño que fue, y que de un modo un tanto autobiográfico le devuelve la inocencia.
Aunque tanto las imágenes urbanas como las rurales documentan en su mayoría momentos de ocio, en las de La Habana se percibe una atmósfera de aislamiento y fragmentación, mientras que en el campo predomina una unidad interior que proyecta un mundo apacible, sin sobresaltos. Así, Cañibano establece un contrapunto revelador del binomio ciudad-campo tanto a nivel estético como sociológico. Series como Ocaso, Fe por San Lázaro, Ciudad, Malecón habanero. Tierra guajira, Parrandas o Travestis «ensanchan el espectro de la imagen documental rescatando las infinitas expresiones de la relación individual con los otros, sin distinguir fronteras entre espacios públicos y privados».