Diario de viaje

Viaje a la Pequeña Petra

Siguiendo con la serie de artículos sobre Jordania, después de nuestra visita por la capital Ammán, nos encaminamos hacia la joya de la corona, nos vamos a  la maravillosa ciudad de Petra.

Se nos presenta un día largo a sí que coged fuerzas que comenzamos. Tendremos que madrugar para que a primera hora en lugar de ir directamente a Petra pasar por el valle cercano en el que se encuentra Al- Beidha conocida como La pequeña Petra.   Nos encontramos a tan solo 4 km de distancia de la ciudad de Petra sin embargo casi nadie visita este lugar porque suele estar fuera de los recorridos turísticos habituales por lo que lo recomiendo, ya que podremos pasear por su desfiladero prácticamente en solitario y disfrutar de sus increíbles pasajes sin distracciones.

Salimos de Ammán y por la carretera 15 conocida como la Autovía del Desierto, y después de unas 3 horas, recorremos los 250km que nos separan de la Pequeña Petra. Nada más llegar nos encontramos una jaima de beduinos que se nos ofrecen sus productos y a acompañarnos a lo largo del recorrido.

Sobre la función de este enclave hay diferentes teorías, se cree que debido a la cercanía con la gran Petra debió servir como lugar de parada y avituallamiento de las caravanas para reponer fuerzas en sus largos trayectos.

A su vez pudo utilizarse también como punto de registro previo y obligatorio de todo aquel que quisiera llegar hasta Petra por lo que sus edificios debieron ser sedes oficiales de registro de viajeros y mercancías así como hospedería para los viajeros y sus animales.

Como antesala de lo que después veremos en Petra aquí nos encontramos un primer edificio muy bien conservado al que se accede por una escalera con su fachada esculpida en la roca, de estilo Nabateo.

Recorriendo el Siq- Al Barid veremos oquedades, tumbas, templos y todo un entramado de escaleras esculpidas que junto con las características geológicas de la roca y sus formas caprichosas que ha realizado la erosión en la arenisca proporcionan un paisaje inigualable. El desfiladero se estrecha en algunos puntos y se ensancha en pequeñas plazas en otros, iremos transcurriendo por él con calma disfrutando del silencio e imaginando como se vivía en aquella época. .

El ancho camino  llega a su fin en  un punto en el que se estrecha de tal forma que queda reducido a una escalera esculpida en la roca y en la que en un cartel nos invitan a subir para ver las “Mejores vistas del mundo”

En alguno de los puntos podremos subir a las estancias que se encuentran elevadas varias plantas y desde allí observar el entramado de pequeños caminos esculpidos en la roca que conducen de una dependencia a otra y las extrañas formas de la roca. En alguna de ellas se conservan pinturas al fresco de unas ramas de vid entrelazadas.

Una vez que hayamos disfrutado de nuestro paseo por esta pequeña joya vamos directamente a conocer uno de las 7 maravillas del mundo inscrita por supuesto en el listado de Patrimonio Mundial de la Unesco: la Ciudad de Petra.   

Es todo un conjunto monumental arqueológico esculpido para ser disfrutado.  Si nos remontamos a sus orígenes ya se encuentran restos de poblamientos de la Edad del Hierro en la que la zona estaba habitada por los edomitas (no exactamente el espacio de Petra pero si en las cercanías). Este pueblo se especializó en la cerámica y transmitieron su arte hasta los nabateos.     

Los nabateos eran un pueblo árabe nómada que en su desplazamiento hacia Palestina se encontraron con este lugar en el que podían obtener agua, de fácil defensa por su desfiladero y en el que finalmente decidieron establecerse en el S VI a.c.

Poco a poco fueron creando un sistema de conducción, canalización y depósito de agua que resultó revolucionario puesto que gracias a ello y a su situación en pleno tránsito de las principales rutas comerciales que unían el lejano oriente con las culturas occidentales esta ciudad comenzó a desarrollarse. Por lo tanto estos dos factores fueron la clave del pueblo nabateo que aprovechó para ofrecerse como punto de parada, hospedaje, avituallamiento, descanso, intercambio de mercancías y a cambio establecían el pago de un “impuesto” por atravesar su ciudad y disfrutar de sus comodidades lo que contribuyó al apogeo de esta civilización que tuvo su momento de máximo esplendor hacia el S II a.c.

Eran un pueblo muy avanzado y esta ciudad y sus edificios no son más que una manifestación más de este desarrollo. Hablaban un dialecto del arameo y se puede ver alguna muestra de su caligrafía en alguna de las paredes de Petra. También debieron ser grandes ceramistas (heredado de las enseñanzas de los edomitas con los que convivieron de forma pacífica). En el año 64 a.c. con la llegada de los romanos Petra quedó integrada en la Decápolis y convirtieron al pueblo nabateo en parte de la provincia romana de Arabia. En este periodo y bajo el dominio romano sin embargo siguieron impulsando su ciudad ampliando su teatro romano, pavimentando las calles, construyendo Arco del triunfo pero en un momento dado los romanos trasladaron las rutas comerciales y esto fue el comienzo de la decadencia de esta gran ciudad que fue perdiendo importancia y cayendo en el olvido.

Cuando llegó  la dominación musulmana con los omeyas, la capital se estableció en Damasco y se trasladó allí toda la influencia y el poder. A su vez una serie de terremotos contribuyeron al punto de inflexión definitivo hacia la decadencia de esta gran ciudad.   Los cruzados utilizaron Petra como soporte para la defensa de su castillo de Shobak y a pesar de seguir siendo lugar de tránsito de caravanas en los S XIII-XV fue quedando poco a poco en el olvido. Los beduinos utilizaron sus instalaciones para habitarlas y guardaron celosamente su situación en el máximo secreto pasando a convertirse en una ciudad mítica de la cual solo se había perdido completamente el rastro. En el año 1812 Joham Ludwig Burckhardt siguiendo el rastro de las leyendas consiguió llegar hasta allí disfrazado de árabe y cuál sería su sorpresa cuando redescubriera para todo el mundo la mítica ciudad de ensueño de Petra.

Para ampliar información:http://spa.visitjordan.com/Home.aspx

GUIA

Como ir:

Royal Jordaniantiene vuelos directos a Ammán desde Madrid con una periodicidad de 4 días a la semana y desde Barcelona 2 días a la semana. La duración del vuelo ronda las 4.30h, y la compañía utiliza para estos vuelos aviones Airbus A319 y A320.http://www.rj.com/en

Desde Ammán se puede contratar una excursión hasta Petra, un vehículo con conductor o guía, además de utilizar el servicio de Taxi o en Autobus.

Donde Dormir

En Petra hay una grande y variada oferta de alojamientos donde alojarse y pernoctar, nosotros recomendamos el Movenpick Resort Petra, (http://movenpick-resort-petra.h-rez.com/), este es un hotel de 5 estrellas, situado en Wadi Musa, cerca de la ciudad de Petra.  Destaca por su esmerado servicio, sus amplias habitaciones dotadas de todas las comodidades y servicios imaginables

El Petra Marriott Hotel (http://www.espanol.marriott.com/hotels/travel/mpqmc-petra-marriott-hotel/) , es otra de las opciones de alojamiento, y  combina la más cálida hospitalidad árabe con el esplendor de la antigua ciudad de Petra. Dispone de amplias habitaciones con todas las comodidades y Wifi. Así mismo el hotel ofrece una interesante variedad de restaurantes.

Dónde Comer

La oferta gastronómica jordana es muy variada, destacan esos pequeños cafés y bares tradicionales donde destaca lo que se conoce como cocina del Levante, pues en Jordania se encuentran platos originarios de Irak, de Egipto, del Líbano, de Siria, etc.. en su gastronomía destacan las ensaladas y el plato nacional es  el  Mansaf un arroz con cordero , arroz yogur seco.

A la entrada del complejo turístico de Petra, y dentro de las instalaciones del Hotel Crowne Plaza (www.ihg.com/crowneplaza/hotels/us/es/reservation) se encuentra el Basin Restaurant, un restaurante autoservicio, que  destaca por su amplia carta de platos.

Otra opción es el restaurante Al-Qantarah (http://www.al-qantarah.com/) típico restaurante Jordano, en el centro de la ciudad de Petra, destacan sus platos típicos y es muy recomendable el Mansaf, plato jordano por antonomasia.