La diarrea fotográfica

La diarrea fotográfica

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Harry FischLa Diarrea fotográfica (Diarrhoea Φωτογραφική) es una afección que ataca a la mayoría de los viajeros y fotógrafos  digitales.  Sintomatología consistente  en un súbito, incontrolable y reiterado impulso que obliga a disparar la cámara compulsivamente apuntando  a todo lo que resulta exótico: un coche de caballos, la figura de Don Quijote ecuestre, un monje hindú en un templo.

Todo muy rápido: no fuéramos a perder la ocasión única de coger el coche de caballos movido, el ecuestre Don Quijote oscurecido y el monje hindú con los ojos cerrados, sin mirar a la cámara...

En algunos destinos el virus  ha derivado en una nueva cepa, resistente a toda medicación y que viene a distinguirse de la principal  por el hecho de que, además  de lo anterior, el fotógrafo se empeña en añadir horrendos autorretratos, donde él mismo  aparece siempre sonriente fotografiado por otro turista y/o nacional que pasaba por allí.

La Habana, Cuba, Zapateria y Bailarina. Harry Fisch

El  Tratamiento consiste en la administración por vía ocular de una serie de fórmulas magistrales de demostrada eficacia tras lo  cual  el absceso suele remitir para –con suerte y trabajo- transformar al enfermo en un fotógrafo de viajes.

Dos cucharadas pequeñas de contexto.- Salvo en los primeros planos, es importante contextualizar al personaje, presentarlo dentro de su entorno: donde está, qué hace, qué pasa a su alrededor. La buena fotografía de viaje cuenta  historias, implica al lector, le obliga a escudriñar el ambiente. La mala es solo un cúmulo de  fotos de personas, tópicos y lugares. Un yo estaba-allí vacío de contenido real destinado a rellenar papel o provocar ¡Ohos! de amigos y familiares.

Una pizca pausada de mirada.- Hacemos fotos excitados por lo que sucede, sin analizar lo que está ocurriendo. Cegados como el cazador ante la presa, sin tomarnos el tiempo para ver lo que hay detrás del personaje. El fondo quemado, demasiado luminoso es típico de la fotografía “improvisada” . El confuso fondo  inundado  de inútil y colorida información otro conocido error.  Lo más  seguro fotográficamente, a la hora de hacer un retrato,  es buscar una posición en la que el sujeto reciba la iluminación y el fondo sea más oscuro, aún mejor, casi negro.

Un poquito de primer plano.-  Son muy agradecidos visualmente, pero en un reportaje no suele haber cabida para más de uno. No suelo interesarme demasiado por los primeros planos pero reconozco que es muy socorrido.

Potpurrí temático.- los personajes forman parte de la historia. Si ya es difícil crearla con un solo sujeto  resulta mucho más informativo e interesante añadir más gente. Pero lo  que ocurre es que introducir más personas plantea... grandes  problemas compositivos y estéticos. El control de la situación se torna más difícil.  Controlar la pose de una persona tiene su aquél  pero  hacerlo con cuatro requiere paciencia oportunidad ojo y suerte. Sin duda aporta mucha mayor riqueza y complejidad a la fotografía.

Algo de aroma  de  tópicos- Los clichés y los tópicos son inevitables pero en los viajes hay que administrarlos  en pequeñas dosis. Es la historia del fotógrafo americano que vuelve con las fotos de la feria de Sevilla o de los tunos en Madrid.  Cuando estamos en una región  en la que la vestimenta supone un impacto cultural importante es  bueno resistir la atracción del tópico que  lleva  a hacer creer que todas las indias visten con saris o que los nepalís llevan siempre gorro tibetano.  Hasta puede que nos encontremos en alguna fotografía con indígenas locales disfrazados para la ocasión y mantengamos que se visten siempre así.: como los tunos.

En resumen, para evitar la Diarrea Fotográfica no hay nada mejor que tomarse el tiempo necesario para realizar, calmadamente, la fotografía del instante: la instantánea..

Si quieres saber más de Harry Fisch y de sus viajes fotográficos  www.nomadexpediciones.com

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