Bicentenario de la Batalla de Waterloo
Bicentenario de la Batalla de Waterloo
Reportajes Viajes 30 Junio 2015 6583 hits
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- Categoría: Reportajes Viajes
- Publicado el 30 Junio 2015
- Escrito por Texto y fotos Andrés Magai
Durante 3 días, a 20 km de Bruselas, los campos de Waterloo han vuelto a revivir una de las batallas más famosas de la historia europea. Del 18 al 20 se celebró el Bicentenario de la Batalla de Waterloo.
Más de 5.000 recreadores, acompañados de casi 1.000 mujeres y niños, se han unido para recrear una batalla que, hace exactamente 200 años, iba a cambiar el curso de la historia. El número de espectadores que asistieron a la recreación napoleónica más grande jamás celebrada, supero los 118.000 visitantes provenientes de todos los rincones del mundo. Eso sin contar a los visitantes que estuvieron en los campamentos y museos.
El campo de batalla de Waterloo cubre poco más de 2.500 hectáreas de campos, colinas y pequeños valles. Durante la campaña de Napoleón en Bélgica, que sería la última, 300.000 hombres de todo el continente emprendieron la guerra contra sus vecinos europeos.
La batalla de Waterloo es, sin duda, uno de los acontecimientos más importantes en la historia de Europa. Napoleón, Wellington, Blücher, el Príncipe de Orange, Alava, Grouchy, Cambronne son algunos de los personajes clave que aun hoy en día perduran en el recuerdo.
Con el fin de hacer que el bicentenario fuera un evento para recordar se puso en marcha la organización «Bicentenaire de la Bataille de Waterloo 1815», cuya función es mantener viva la memoria de la batalla, con el objetivo de volver a recrearlo con la mayor precisión.
Las recreaciones históricas son cada vez más populares en todo el mundo, desde las guerras napoleónicas a las guerras de secesión, independencia americana o batallas medievales. Miles de aficionados de todo el planeta se dedican a revivir eventos históricos con autentico fervor
Para ello, se ha contado con la ayuda de casi 6000 voluntarios, junto con más de 900 mujeres y niños, todos equipados con completos uniformes militares del siglo XIX.
En aras de la precisión histórica, los organizadores han traído 360 caballos, más de 100 cañones, 4 toneladas de pólvora, 200 balas de paja (300 kg cada uno), 240 pacas de heno (125 kg cada uno), 15 camiones cisterna de agua para los caballos (cada uno contiene 1.000 litros), 200 kg de turba para ocultar los explosivos y tres campamentos para dar cabida a los numerosos grupos de recreadores de todo el mundo en las mismas condiciones que los soldados soportaron hace 200 años.
Por consiguiente, todos los participantes han estado durmiendo en tiendas de campaña blancas, durmiendo en camas de paja al igual que los utilizados durante las campañas Napoleónicas. Para cocinar y preparar sus comidas se utilizaban fuegos de leña.
La vida en el campamento está fuertemente regulada por las autoridades militares. Todos los recreadores han tenido que respetar las órdenes de los oficiales, funcionarios o cabos no comisionados, y cumplir con la totalidad de sus funciones y obligaciones. La vida discurría como hace 200 años, y exactamente en el mismo sitio!
La organización
Como organizador y productor ejecutivo de los actos del bicentenario, VO Comunication se ha encargado de garantizar el máximo nivel de seguridad y confort en el evento. Se montaron gradas con 49.000 plazas de asiento y 8.000 visitantes asistieron de pie (57.000 espectadores para la recreación de cada noche) todo esto en un terreno irregular, sobre todo cuando había que cumplir con las más estrictas normas de seguridad. Para lograr una estabilidad suficiente, se realizaron más de 100 prospecciones en la superficie para comprobar que el suelo está preparado para soportar más de 1 km de graderíos.
Para permitir el acceso peatonal se instalaron cientos de metros de planchas de acero, cada una pesaba más de 500 kg,. Estas mismas placas de acero se han utilizado para crear una salida de emergencia y garantizar la seguridad. En total el camino estaba cubierto por 25.000 m2 de losas metálicas.
Para ensamblar las 24 gradas de espectadores fueron necesarios 30 operarios y tardaron seis semanas en montarlas. La zona perimetral estaba rodeada de 4,7 kilómetros de barreras de seguridad, y el sitio está equipado con 300 baños portátiles. Los agricultores de la zona han proporcionado espacio de aparcamiento para 20.000 automóviles en 17 puntos diferentes.
Aunque se celebraba el aniversario de una batalla, el objetivo de los diferentes actos conmemorativos del bicentenario ha sido el de unir a la gente.
Visitantes y participantes
Visitantes de todo el mundo han viajado a este rincón del Brabante Valón, prueba que el interés y la fascinación por la época napoleónica supera las fronteras y generaciones.
Los más de 5.000 participantes en la recreación provenían de 50 países diferentes. Con 18.34%, la mayor proporción es de Alemania. Después el Reino Unido, con 17,80%, Francia con un 9%, Rusia con 7,84%, Bélgica con 6,91%, la República Checa con 6.22%, los Países Bajos, con el 4,50%, Polonia, con 3,42% y los EE.UU., con 3,31%. Las otras nacionalidades representadas incluyen España, Australia Argentina, Canadá, Ucrania, Noruega, Hungría, Letonia y Uzbekistán.
Así mismo había espectadores provenientes de diferentes lugares del mundo. El 65% de los espectadores eran de Bélgica. 11% de Francia, con el 7,24% del Reino Unido, el 4,18% de los Países Bajos, 3,85% de Alemania, 1,43% de Italia y el 1,10% de los Estados Unidos. El otro 5% provienen de 70 países diferentes.
Un poco de historia
Tras el fracaso de la campaña rusa de Napoleón, este se vio obligado a abdicar y fue exiliado en la isla de Elba en 1814. Europa pensó que con El Corso encerrado llegaría una época de paz, pero no tuvieron en cuenta el orgullo y ambición de Bonaparte.
El 1 de marzo de 1815, Napoleón desembarco cerca de Golfe-Juan, en la Costa Azul, y con 600 seguidores lanzó un desesperado intento por recuperar el poder.
Este período, conocido como los Cien Días, culminó en la batalla de Waterloo yla derrota definitiva del Emperador por parte de los ejércitos de la coalición aliada encabezada por Wellington. El irlandés contra el corso. Dos temperamentos completamente diferentes. Todavía no eran conscientes de ello, pero esta sería su última batalla y el inicio de la leyenda.
Más allá de este duelo mítico, la violencia de los combates dejo una huella duradera. Rápidamente Waterloo se convirtió en un lugar de recuerdo y peregrinación en honor de todos aquellos hombres, procedentes de multiples naciones, que murieron en este pequeño rincón de Valonia.
El sitio y la historia ocurrida, inspiró algunos de los más grandes autores románticos como Víctor Hugo, Sir Walter Scott, Lord Byron, Alexandre Dumas, Balzac y Stendhal, entre otros.
La cuna de la Europa moderna
Esta batalla forma parte de la conciencia colectiva de todos los que participaron, que acudieron desde cualquier rincón de Europa. Unos 300.000 hombres libraron una batalla considerada fratricida y en la que muchos belgas lucharon en ambos bandos.
Un símbolo de la división de la vieja Europa, la batalla de Waterloo, es también la cuna de la Europa moderna y una de las claves para la existencia misma de Bélgica. Fue en honor de esta memoria colectiva que hace 25 años se creó la ASBL Bataille de Waterloo 1815. Organización compuesta por personas apasionadas con la historia del Primer Imperio y encargados de mantener la memoria de lo ocurrido en ese pequeño pueblo belga.
Más información en la Oficina de Turismo de Bélgica: Bruselas y Valonia www.belgica-turismo.es y en www.waterloo2015.org