Burano la sombra siempre confundida…

La isla de Burano situada al Norte de Venecia quizás sea la menos conocida,( y aquí resida su encanto), y la eternamente confundida con la cercana isla de Murano famosa por sus objetos realizados en cristal.

Si partimos desde Venecia en el Vaporetto, el trayecto nos llevara unos 40 minutos, que curiosamente nos irán adentrando poco a poco en la serenidad que se respira al llega a la isla.

Hay lugares que con solo pasearlos te hacen vivir una sensación especial. Lo más sorprendente de Burano es su colorido y los reflejos que estos producen en el agua de sus canales. Tranquilidad y color un binomio maravilloso, para nuestros sentidos.

Sus casas de colores no dejan indiferentes, es un autentico paraíso para el fotógrafo, toda una paleta de gamas se proyectan en sus fachadas, rojos, azules eléctricos, amarillos, naranjas….  Burano toma el nombre del viento de “Bora” dicen que fue el que salvo a los habitantes de enfermedades como la malaria alejándolas con su brisa, pero también que fue un enemigo para los pescadores por causar la espesa niebla. Se cuenta que las casas están pintadas de diferentes colores para que los pescadores las pudieran distinguir a lo lejos venciendo la habitual niebla de la laguna. Aún hoy se pueden ver las barcas  amarradas a las puertas de sus casas. Algo curioso es que los habitantes no piden permiso para cambiar de color las casas, cada uno puede elegir su tonalidad y variarla tantas veces como quiera. Esto no sucede en ninguna otra isla.

Solo existe una plaza en Burano en honor a Baldassare Galuppi, y su Iglesia con su original campanario (Campanile) inclinado, debido a hundimientos de las estructuras que están afectando a muchas construcciones sobre la laguna. El Campanile está aún más inclinado que la famosa Torre de Pisa.

Unas tres mil personas viven en esta isla, pero cuando la visita parece que no hay nadie, es maravilloso su silencio. Sus habitantes se dedican a la pesca y a la elaboración de encajes, aún hoy es posible encontrarse con mujeres tejiendo a mano fuera de sus viviendas. Y curiosamente esta tradición también viene de las aguas de la laguna. Una hermosa leyenda cuenta que un pescador prometido con una chica de la isla, consiguió un día resistir al canto hipnotizador de las sirenas que intentaban atraerlo a las profundidades del mar. La reina de las sirenas, como reconocimiento a la fidelidad del pescador hacia su amada, le regalo un velo para que esta luciera el día de su boda hecho de espuma del mar. Cuando las mujeres pudieron admirar la belleza del regalo, empezaron a hacer ganchillo movidas por el deseo de imitar un velo tan hermoso, dando lugar a esta tradición que hoy es uno de los motores de la isla.

Burano no tiene muchas atracciones turísticas, la isla en sí misma es la mejor atracción, a la sombra de la majestuosa Venecia dibujada con sus grises, negros y blancos, se encuentra más que isla, este  archipiélago de cinco pequeñas islas unidas entre sí a través de de puentes, con todo un abanico de colores, creando miles de reflejos en sus agua. Una puerta,  a casi un mundo irreal…

Para saber más.

Anaya Touring Club, tiene una Guía Total de ITALIA,

ISBN 978-84-9776-418-6