When lights are low, el interior del jazz
When lights are low, el interior del jazz
Libros 21 Octubre 2014 6294 hits
- Detalles
- Categoría: Libros
- Publicado el 21 Octubre 2014
- Escrito por Redacción
Ester Cidoncha nos presenta When lights are low, un volumen que retrata a los grandes músicos del género en los clubes y festivales más prestigiosos del mundo a lo largo de 25 años de seguimiento fotográfico. Son 180 fotografías en blanco y negro, algunas inéditas, con las que homenajea e inmortalizan a Art Farmer, Kenny Barron, Benny Carter, Lionel Hampton o Joe Lovano, entre más de 150 mitos del jazz.
Antonio Muñoz Molina, Wadada Leo Smith, Chema García Martínez y José María Díaz-Maroto firman textos exclusivos para este volumen en torno al jazz y el trabajo de la fotógrafa.
Esther Cidoncha presentará este volumen en viernes 24 de octubre a las 20.00 horas en La Fábrica (c/Alameda, 9).
La Fábrica publica When Lights are Low. Retratos de Jazz, un volumen en el que la fotógrafa Esther Cidoncha recorre los escenarios donde el jazz cobra vida cada noche a lo largo de más de 20 años de fascinación y trabajo fotográfico. Con los grandes clubes y festivales de Europa y Norteamérica, Cidoncha retrata tanto a los grandes del género como a aquellos a los que la fama les ha sido esquiva. Con su fotografía en blanco y negro, ofrece el más fidedigno retrato del músico de jazz en su elemento y más allá de los convencionalismos. Desde los años 90 hasta nuestros días, el libro reúne fotografías inéditas de mitos del jazz como Art Farmer, Kenny Barron, Benny Carter, Lionel Hampton, Casandra Wilson o Joe Lovano entre más de 150 músicos.
A lo largo de sus 232 páginas, la cámara de Esther Cidoncha recorre los escenarios donde el jazz cobra vida cada noche: Nueva York, Nueva Orleans, Newport, Copenhague, Berlín, Roma, Londres, París, Ámsterdam, Barcelona, Madrid, Valencia, San Sebastián, entre otras ciudades. Un viaje al interior del complejo y fascinante mundo del jazz, que contiene también textos de Antonio Muñoz Molina, Wadada Leo Smith, Chema García Martínez y José María Díaz-Maroto especialmente escritos para este libro.
Tras 25 años fotografiando el mundo del jazz, Esther ha reunido una selección de sus fotografías en un volumen formado por 180 instantáneas, ordenadas en orden cronológico, realizadas entre 1990 y 2014. Su objetivo está presente sobre el escenario, pero también durante la imprescindible prueba de sonido antes del concierto o en la intimidad del camerino. Los músicos son, para Esther, una fuente de inspiración continua y sus retratos son el producto de la fascinación que siente por el músico de jazz y su entorno.
«El buen fotógrafo de jazz es el que retrata la condición entre profetas solitarios y jornaleros cumplidores de los músicos, entre visionarios y marginales, asentados magníficamente en el dominio del oficio y en el placer a la vez individual y colectivo de la música y a la vez transeúntes sin pausa, gastados por los viajes, un poco perdidos en teatros o clubes en los que quizás actuarán una sola noche, en ciudades de las que raramente llegan a ver algo más que un hotel a deshoras y un local con camerinos casi siempre mediocres. […] Esther Cidoncha sabe captar tan agudamente en los músicos de jazz, y que es tan particular de ellos», escribe Antonio Muñoz Molina en el texto Fotos sonoras.
«Observando ahora las bellas fotografías que Esther Cidoncha nos ofrece en este libro, veo una conexión real entre el ayer y el mañana, los viejos músicos y los nuevos. Puedo reconocerme en ellas, pero no me veo como yo, porque la fotografía transforma la realidad en otra cosa. Quizá sea eso lo que llamamos «arte». Miro una imagen de mí mismo, pero controlada por la artista que ha trabajado con ella, de modo que la veo estrictamente como una imagen; no soy yo realmente, aunque se parece a mí. Digámoslo así: la imagen sobre el escenario soy yo, pero no llego a ser yo. Definitivamente, yo soy la foto. Hay dos realidades», afirma el trompetista Wadada Leo Smith en el texto introductorio Una experiencia viva.
Esther Cidoncha nació en Orán, Argelia. Su afición al jazz y a la fotografía le llevó a realizar sus primeros retratos de músicos en 1990, en Valencia, ciudad en la que vivió hasta 1999, año en que se trasladó a Madrid. Con su cámara ha recorrido los principales clubes y festivales de jazz europeos y nacionales, así como de Newport, Nueva York y Nueva Orleans, y ha retratado a infinidad de músicos de jazz, atesorando a día de hoy varios miles de negativos que dan fe de su tenacidad y su talento. Sus fotografías se han expuesto en los festivales de jazz de San Sebastián, Madrid, Valencia, Alicante, Móstoles, Getxo y Ribadeo. Colabora de forma habitual con la prestigiosa revista Cuadernos de Jazz y diversas webs especializadas, así como con diferentes clubes de Madrid. Además de fotógrafa, ha sido directora de Arte y bailarina de ballet clásico y danza contemporánea, experiencia decisiva a la hora de componer y buscar la plasticidad en sus fotografías.