Miguel de la Quadra Salcedo: "Un viajero ha de viajar solo, integrándose y mezclándose con la gente"
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- Categoría: Entrevistas
- Publicado el 19 Mayo 2013
- Escrito por Andrés Magai
Hemos tenido la ocasión de hablar con este aventurero inagotable, cuyos recuerdos son pedazos de historia, "aunque para mí son presente", como nos desgrana en esta charla informal. Ciertamente, después de haber entrevistado a personajes insignes, como el Dalai Lama, habiendo hecho de todo en el mundo del periodismo, y hasta jugándose la vida, como en el Congo, donde estuvo prisionero por filmar unos fusilamientos, después de haber recorrido el mundo entero, el propio don Miguel reconoce que "se me ha quedado pequeño". Con una larga vida llena de vivencias increíbles, aún sigue en activo, sin renunciar a experiencias un tanto arriesgadas para su edad, y dirigiendo el gran proyecto con el que ha alimentado la ilusión, los lazos de unión y la creencia en un mundo más solidario entre miles de jóvenes de Latinoamérica, España y Portugal: La Ruta Quetzal BBVA. Compartimos con él estos momentos.
Primero ¿díganos cómo está de salud?
Ahora muy bien, aunque he tenido que pasar por el taller, pues me caí de un helicóptero, haciendo un rappel, me tiraron desde 15 metros y me cambiaron las caderas como resultado de la caída, pero bueno…
Después de tantos años de aventuras, habiendo sido un referente para toda una generación de periodistas y de aventureros, viendo con un poco de perspectiva, ¿qué es lo más interesante o gratificante que ha hecho en su vida?
Me acuerdo cuando hice la última entrevista a Haile Selassie, a mi amigo Sihanouk Rey de Camboya, con quien estuve muchas veces en su casa cuando vivía en Pekín. En América me acuerdo de una entrevista que hice en las Rocosas a un señor que vino en avioneta y que me decía que era el Gobernador de California y que se llamaba Ronald Reagan, y me contaba que había jurado su cargo en la Biblia de Junípero Serra. Todo esto para mí es presente. Ahora he vuelto de Perú, la primera vez que estuve allí fue en 1960, estuve con Fernando Belahunde Terry, por aquellas carreteras marginales buscando las minas de un pariente mío, Salcedo, a quien lo ahocaron en Oraca Pata, en Puno, porque querían las minas de plata que tenia del Conde de Lemos, enterrándole en la Iglesia de San Francisco de Cuzco, iglesia que él había pagado con la plata que había sacado de la mina Laykakota que se encontraba al lado del Lago Titicaca.
De todos los países que ha visitado, ¿de cuál guarda mejor recuerdo?
Pues del Perú, yo viví, después, cuatro años en el Amazonas, allí perdidos en los ríos que venían del Norte, en el Antillacu. He vivido con los Aucas en el norte del Ecuador, con los Yasuni cerca del rio Napo, quienes todavía cortaban los árboles con hachas de piedra, lo mismo que en Nueva Guinea. Pienso que viajar en el túnel del tiempo hacia la prehistoria y ver eso, es algo difícil de superarlo después, sobre todo en tribus así. ¿Cómo se sabe que una tribu es primitiva? Si no tienen perros; tribus a donde no habían llegado los perros, esto es lo que marca y acorta la distancia con la civilización.
Y después también me acuerdo del Norte de Siberia. Estuve en Karakórum en Mongolia, donde vivían los mongoles con el Kublai Khan. Mongolia me impresionó mucho. Al igual que los conventos de los Lamas tibetanos.
Estuve también en las Islas Carolinas, las Islas Hébridas, en Granate, las Islas Pentecostés. Fui prisionero en el Congo... Yo creo que para mi el mundo ya es pequeño.
Ser un nómada, yendo sin saber a dónde, sin dinero, sin máquinas de fotos, que rompen, apuntando tus notas en un cuaderno.
¿Cómo define al viajero? ¿Qué es para Miguel de la Quadra un viajero?
Para mí, un viajero primero tiene que ir solo, si viajas con alguien te absorbe lo que quieres hacer, y el viajero tiene que integrarse y, además, ir sin dinero, trabajando en los sitios, sobrevivir trabajando e integrándote, mezclándote con la gente. Hay que viajar con libros nada más. Yo me pasé en Santiago de Chile, casi cinco meses en la Biblioteca de Toribio de Medina, era un gran escritor e historiador. Yo creo que hay que viajar de libro en libro, cosa que la gente ha perdido la costumbre y ahora utilizan artilugios modernos que yo ya no comprendo.
¿Qué le queda por hacer? O ¿qué le queda por visitar?
No, no. Yo no me he puesto ningún plan de qué me queda o no me queda, Yo voy haciendo todo lo que me apetece cada día. Cuando me hacía el pasaporte me preguntaban qué profesión tiene usted, y yo contestaba que soy como un nómada. Habían unos monjes Giróvagos, que no le gustaba nada a los Benedictinos, que iban de convento a convento, y cuando las comidas y alegrías que les daban bajaban, se iban a otro convento. Yo habría sido Giróvago. Es ser nómada, pero sin saber dónde vas, con un cuaderno donde vas apuntando tus notas, no con máquinas de fotos, pues las máquinas de fotos rompen, yo creo que lo importante son las notas escritas sobre el papel.
Para terminar, ¿la Ruta Quetzal?
Lo que hemos enseñado a los chicos, primero es un viaje iniciático, un poco socrático. Pues lo que Sócrates decía a sus discípulos es que se conocieran a si mismos. Es lo que se aprende en estos viajes, no tienes nada, todo te sobra y cuantas menos cosas tengas más feliz puedes ser. Llevamos casi 30 años con la ruta y más de 10.000 chicos han participado en ella.
Miguel De La Quadra-Salcedo y Gayarre. Datos y fechas |
Programa «Ruta Quetzal BBVA»
El programa Ruta Quetzal BBVA se creó en 1979 por sugerencia de S.M. el Rey de España. Nació con el objetivo de consolidar entre la juventud de 15 y 16 años los cimientos de la Comunidad Iberoamericana de naciones entre todos los países hispanos, incluidos Brasil y Portugal. Ruta Quetzal BBVA es un programa "iniciático", "ilustrado" y "científico", en el que se mezclan cultura y aventura. Gracias a él, y ya con 27 expediciones, más de 8.000 jóvenes europeos y americanos han tenido la oportunidad de descubrir las dimensiones humanas, geográficas e históricas de otras culturas tan diferentes a las suyas como puedan ser las viejas civilizaciones mediterráneas o las culturas precolombinas, muy distantes en el espacio y en la concepción de la vida, pero al mismo tiempo fusionadas en un fructífero mestizaje que todavía hoy conforma decisivamente nuestro mundo.
Pero, sobre todo, Ruta Quetzal BBVA es una experiencia formativa única en la que los jóvenes participantes no sólo amplían sus conocimientos, sino que les sensibiliza en la protección del medio ambiente, el desarrollo del espíritu de cooperación internacional, y les anima a observar con atención los países que se visitan, con el fin de crear una nueva y más real escala de valores, que va más allá de la riqueza y la pobreza.
A través de un riguroso proceso de selección, los expedicionarios son elegidos entre los mejores estudiantes de Iberoamérica por el Ministerio de Educación u Organismos correspondientes de cada país. Muchos países cuentan con una asociación legalmente constituida y anualmente los antiguos expedicionarios realizan congresos y encuentros en donde se debaten temas de actualidad que afectan a la Comunidad Iberoamericana. En estas reuniones se dan cita antiguos alumnos de este programa cultural y en ellas se pueden encontrar desde diplomáticos hasta indígenas líderes de sus comunidades.
A lo largo de su historia, estas expediciones culturales se han configurado en dos etapas: En una primera fase, hasta 1992, el Programa era conocido como "Aventura 92" y su objetivo primordial era preparar la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América. Como Programa Oficial de la Comisión Nacional para la Celebración del V Centenario, la expedición se convierte en el único programa cultural destinado a la Juventud iberoamericana de ambas orillas del Atlántico que se desarrolla en España.
Una vez cumplida la celebración centenaria de 1992, el Programa pasa a depender desde entonces y hasta la fecha del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, a través de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional. La Expedición ha recorrido siempre rutas históricas siguiendo las huellas de personajes cruciales en la historia de la Comunidad Iberoamericana, dando especial importancia a las culturas precolombinas y a las épocas de la independencia de los países iberoamericanos, sin olvidar las tres culturas que España pasó a América: la islámica, la judía y la cristiana.
Más información: www.rutaquetzalbbva.com